15 feb. CI.- Un plantón en contra de Hidroituango fue encabezado por el movimiento Ríos Vivos en la tarde del pasado 14 de Febrero. Éste se realizó en el marco de la tragedia ambiental ocasionada por la hidroeléctrica, que se agravó con el cierre de las compuertas de la casa de máquinas que tuvo como consecuencia una considerable disminución en el caudal del río Cauca.

Durante diez años el movimiento Ríos Vivos ha llevado a cabo una lucha contra Hidroituango y sus graves errores de ingeniería y planeación, producto de la ambición empresarial. El pasado 14 de Febrero organizaron un Plantón frente al Edificio de las Empresas Públicas de Medellín para exigir el desmantelamiento inmediato de Hidroituango, pues según Fabio Muñoz, integrante de Ríos Vivos, “Ha dejado de ser un proyecto para convertirse en un remiendo”.

El plantón estuvo acompañado por música y por una presentación artística relacionada a la muerte del río Cauca. Desde que la idea de esta represa se gestó en la mente de los empresarios paisas, han transcurrido un sinnúmero de requisitos y de contingencias para llevarlo a cabo.

Desde su concepción, en los años sesenta, en múltiples ocasiones se negó la licencia ambiental para este proyecto; asimismo en el 2015 se llevó a cabo la construcción de un tercer túnel de desviación del río, cuya licencia solo fue aprobada en septiembre de 2016.

Así, este proyecto se ha constituido como un gran laboratorio de improvisación. Lo que fue concebido como un gran logro de la ingeniería y la ciencia, ha estado profundamente desconectado con el territorio y con las comunidades.

“Se nos cosifica la vida en precios de muerte”, aseguró una artista que participó del plantón en contra de la represa. La vida de los peces, de las comunidades, del río y del territorio parecen reducirse fácilmente a una cuestión monetaria. Para los empresarios estos daños parecen ser colaterales, pues se insiste en llevar a cabo este proyecto a pesar de los impactos negativos que la comunidad ha denunciado, tanto para ella como para el medio ambiente.

A pesar de la gran responsabilidad que tienen los gobernantes asociados con las grandes corporaciones que hacen parte de este proyecto, Isabel Cristina Zuleta, integrante de Ríos Vivos, cuestionó a la sociedad antioqueña y su relación con el agua.

La desconexión de las personas que viven en el centro de la ciudad con los recursos naturales y la tierra se hace evidente; el río principal de Medellín es un vertedero de desechos: una cañería. El agua es un recurso que al parecer, solo llega al abrir la canilla. Según Isabel, eso “Ha hecho que la sociedad Antioqueña le dé la espalda al agua, pues ¿Qué ve Medellín en su río?”.

Asimismo, cuestionó el papel de los académicos y de las universidades en esta tragedia, haciendo un llamado a la población para ir al territorio, entender qué es lo que sucede y movilizarse en contra del despojo que ha implicado este megaproyecto.

A pesar despojo y desplazamiento generado por la construcción de Hidroituango, así como la indiferencia por parte de EPM y de los gobernantes, las comunidades afectadas por el proyecto continúan exigiendo: “¡Ríos para la vida, No para la muerte!”

CI AM/ND/15/02/2019/17:00