Mayo, mes que en muchas partes del mundo celebran el día de las madres. En 1870, Julia Ward Howe, escritora estadounidense, convocó a las mujeres del mundo a un Congreso Internacional de Madres para revelarse contra la guerra y exigir a los gobernantes de los países mantener relaciones de amistad y alianzas de diálogo para evitar guerras. Julia definió esta fecha como “Día de las Madres por la Paz”.

En aquella oportunidad, Julia había convocado a las madres que habían sido víctimas por haber cedido sus hijos para la guerra civil americana. Fue entonces cuando redactó una proclama donde invita a todas las mujeres sin distinción de raza ni color a levantar su voz y a no permitir que los hijos sean entrenados para la guerra.

Julia hizo el llamamiento a las mujeres y les propuso que desde su rol de madres mantengan la capacidad de influir en las decisiones políticas de la sociedad. La fecha se fue conmemorando y extendiendo a los países del mundo. Sin embargo, con el transcurso de los años, el sentido contra la guerra de las madres se ha convertido en una simple fecha comercial. 

El día de las madres en Colombia

En Colombia sigue vigente la proclama del “Día de las Madres por la Paz” producto del conflicto armado que se vive. Son las madres quienes tienen que asumir en mayor proporción los daños de la guerra.

Las madres de Soacha en reiteradas ocasiones han denunciado la dilación de los procesos judiciales. Sus hijos fueron asesinados y  presentados como guerrilleros. Posteriormente la fiscalía los reconoció como “falsos positivos”. Las madres de este municipio de Cundiamarca, al igual que más de cinco mil casos de madres víctimas de falsos positivos aún reclaman al Estado colombiano el esclarecimiento de los casos y la sanción de los culpables de los hechos.

De igual forma, la violencia sexual contra mujeres también ha sido una práctica generalizada y silenciada. Según un informe presentado por Justicia, Verdad y Dignidad, las mujeres representan casi la mitad de las víctimas del conflicto armado. Según la Oxfam, entre 2001 y 2009, los casos de violencia sexual son denunciados solo en un 18%. Solo dos de los cien denunciados obtienen una sentencia, el 98% queda en la impunidad.

Las mujeres víctimas de violación sexual no denuncian por temor a represalias o al rechazo de la misma sociedad. Cuando estos hechos ocasionan embarazos, madres han tenido que asumir la crianza de sus hijos, muchas de ellas jóvenes sin ninguna opción en el campo laboral.

En los casos de desplazamiento, muchas madres tienen que suplir el sustento de sus hijos. Llegan a las ciudades a engrosar los cordones de miseria y a emplearse en lo primero que encuentran.

En este día, son muchas las madres de este país que piden a gritos ponerle fin a esta guerra, para que se acaben las injusticias contra las madres que laboran en el mercado informal y que son perseguidas por la fuerza pública, para que no hayan más madres desplazadas y sin empleos dignos, para que se acaben los abusos sexuales tan comunes en esta guerra. Estas son las madres que no esperan de regalo una flor, sino que sus hijos y sus cuerpos no sean más carne de cañón de una guerra que pareciera no tener fin.