15 dic. CI.- La música parrandera colombiana se caracteriza por dejar a las penas más bien fuera de base. Joaquín Bedoya es un gran ejemplo de esto: en el primer año del siglo XXI lanzó al mercado un tema llamado El analfabeta», que rápidamente escalonó en las listas de reproducciones de los mejores temas de la parranda. Timar lo que pareciese fantasía era la misión y el principio de la vida artística y popular del cantante que en los diciembres representa este pueblo.
Aunque Gildardo Montaya y Guillermo Buitrago fueron su centro de inspiración, José A. Bedoya, su hermano mayor, fue quien lo introdujo al mundo de ésta música cuando le enseñó a hacer vibrar las cuerdas de su guitarra.
En «El analfabeta» se pueden percibir raíces de sus maestros: los tintes de los instrumentos antioqueños y del Caribe, los paisajes donde se extiende la sabana y se levantan las montañas, los ambientes vernáculos propios, y el lenguaje simple donde este frontineño suele interpretar al país con bastante malicia.
Joaquín Bedoya nos enseña con esta canción que así muchos no sepamos leer siempre tendremos una buena excusa para burlarnos y salir de la realidad con bastante astucia.
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