El candidato al Senado por el Polo Democrático Alternativo –PDA- con el número 9,  Alberto Castilla estuvo el pasado fin de semana en Cúcuta compartiendo con sus simpatizantes las propuestas que llevará como bandera al Senado de la República. Con la participación de diferentes organizaciones sociales de Cúcuta, su área metropolitana y los municipios del Catatumbo, el candidato por el Polo, concretamente la fuerza Poder y Unidad Popular –PUP-, presentó las propuestas que lleva como banderas recogiendo el clamor del país, de la misma forma en que los participantes expusieron sus puntos de vista y sumaron sus propuestas locales. 

Las propuestas

Castilla aseveró: “uno de los puntos fundamentales es el reconocimiento al campesinado, indígenas y afros, como sujetos políticos y participes en la toma de decisiones para la defensa de la economía campesina y soberanía alimentaria. En Colombia la soberanía alimentaria está en riesgo, los tratados de libre comercio están acabando con la producción local. Además, habló sobre la urgencia de un ordenamiento territorial con disposiciones legales para el acceso, uso, tenencia y propiedad de la tierra para los campesinos, afros e indígenas y sustitución de los cultivos de uso ilícito.

Expresó también que “es necesaria una nueva política minero-energética, con reconocimiento de la soberanía nacional y aprovechamiento de las riquezas de Colombia, respetando el medio ambiente”. En este sentido, el candidato hizo alusión a países como Bolivia y Ecuador, que tienen una legislación que defiende los derechos de la madre naturaleza.

Sobre la construcción de una paz estable y duradera, aseguró su apoyo a las conversaciones de La Habana, además de la contribución a la paz con justicia social y condiciones de vida digna, que implique verdaderos cambios desde la participación e iniciativas del movimiento social. Enfatizó que “la paz es mucho más que la firma de un documento”. 

Resaltó la necesidad de que el pueblo colombiano una a la movilización por sus demandas sociales económicas y políticas, la creación de leyes que viabilicen estas demandas. “Si no damos ese paso, no avanzaremos mucho, compañeros y compañeras y la construcción es ente todos y todas”, expresó.  “En nombre del Movimiento Popular, nosotros tenemos que acudir a hacer una nueva política pública y construir una nueva legislación, construir una nueva ley para el campesinado desde el campesinado; una nueva ley de educación que se tiene que hacer por parte de la comunidad educativa, una nueva ley en salud, una legislación que proteja los derechos de la madre tierra… En fin, una legislación para Colombia que nos permita recorrer un real  camino hacia la paz. Esto no quiere decir que vamos a olvidarnos de la movilización, al contrario, las dos cosas deben ir de la mano…” reiteró.

¿Quién es?

Las diferentes luchas que ha afrontado el campesinado en Colombia y el Catatumbo, son producto del olvido del Estado y la falta de políticas que garanticen el desarrollo del campo, la soberanía alimentaria y el bienestar de campesinas y campesinos. Ante tal realidad han surgido dirigentes como Alberto Castilla Salazar, un campesino y dirigente agrario oriundo de la región del Catatumbo; su vida la ha dedicado en gran parte a lucha social y popular, fue Concejal del Municipio de Convención; fue presidente del Coordinador Nacional Agrario (CNA), uno de los fundadores del Comité de Integración Social del Catatumbo,  Líder de la Movilización Social y Popular en el Paro Agrario, la Minga Indígena, Social y Comunitaria, del Congreso de los Pueblos en el cual fue participe de su fundación; su trabajo siempre ha sido a dar voz y voto en los procesos de toma de decisiones, que incluyan a la población, que defiendan el campesinado. 

Proviene entonces de una zona de gran importancia y un sector que en el último año ha demostrado su poder de movilización: el Catatumbo y sus campesinos. Pero, ¿cuál es la importancia de esta alejada zona fronteriza?

 

La explotación del Catatumbo

El Catatumbo es una zona con muchas riquezas naturales, entre las que se destacan el carbón, el petróleo, la biodiversidad y el agua.

Sin embargo, el recurso más explotado ha sido el petróleo que empieza a ser extraído, según Álvaro Rocha,  en 1905 con la firma del entonces presidente de Colombia Rafael Reyes de un contrato con el general Virgilio Barco Martínez por medio del cual se autorizaba a este último para usufructuar fuentes de petróleo en cerca de 200 mil hectáreas baldías ubicadas en la región del Catatumbo, a pocos kilómetros de la frontera con Venezuela.

Tatiana Roa Avendaño, en el libro Petróleo y deuda Ecológica se refiere a este tema: “En Colombia, los pueblos indígenas conocen el petróleo desde la época precolombina… De igual manera, los misioneros o militares que incursionaron con el propósito de dominar los indígenas Barí de las selvas del Catatumbo, durante las épocas de la Colonia y la República dieron cuenta en sus crónicas de que este pueblo aborigen conocía y utilizaba el petróleo”.

Otra de las explotaciones en la zona del Catatumbo, tienen que ver con la siembra masiva de palma para extraer aceite para combustible, como otros megacultivos, que hoy está dejando el campesinado sin tierras para cultivar.  De este tema no se profundiza en este escrito porque se presentara una edición especial en los próximos días.

 

Los cultivos ilícitos y la Supervivencia del campesinado en el Catatumbo

Con el correr del tiempo, la zona también se llenó de coca; en esta ocasión nos referenciamos en un escrito que hace la revista local Máxima. “La guerra contra las drogas impulsada por los Estados Unidos en Bolivia y Perú produjo un desplazamiento en la década de los 80 de los cultivos hacia Colombia… Los gringos necesitaban un enemigo para justificar el gasto de su complejo militar industrial… Se inventaron la guerra contra las drogas y nuestros gobiernos, se han dedicado a una inútil lucha donde el que ha llevado la peor parte es el campesino. Los beneficiarios de esta guerra son los grandes capitalistas financieros, favorecidos con las tesis neoliberales de la libre inversión y de la no aclaración del origen de los capitales. Con el cuento de la Mata que Mata, nuestros gobiernos criminalizan al campesino y Santos llegó más lejos al criminalizar la protesta social con la ley de seguridad ciudadana”.

Continúa: “Se han presentado propuestas que no se han acogido, las FARC proponen un país sin cocaína pero con coca. Esto en razón a que la coca tiene muchos usos medicinales y alimenticios, los indígenas de los Andes lo saben y los campesinos del Catatumbo también.  La guerrilla existía antes de llegar la coca… así el campesino encontró una forma de arañar un pedacito  de las inmensas ganancias de capitalistas y narcotraficantes”.

Las riquezas de la zona del Catatumbo están lejos de generar bienestar a sus habitantes. En esta región se ha generado un conflicto armado sin precedentes en el país. Las masacres en los corregimientos de la Gabarra, Orú y los alrededores del río Catatumbo, cometidas por el paramilitarismo en los años 2.000, dan inicio a una combinación de métodos entre fuerzas armadas oficiales y no oficiales que luego toman forma con la designación como una zona de consolidación en los planes del Estado colombiano con el apoyo de los Estados Unidos, para favorecer la inversión extranjera y nacional de los dueños de los medios de producción, no para los pobladores de la zona, porque allí lo que abunda es la miseria y la precariedad en todas sus formas: las ganancias no se ven reflejadas en los habitantes de la región.

Lo expuesto refleja que las diferentes administraciones que han pasado por esta región, al igual que los diferentes Representantes al Senado y Congreso, no han desarrollado propuestas públicas incluyentes, se han quedado en el discurso y el papel.  En el espacio de encuentro fueron varias de las intervenciones que se dieron: “Hoy los habitantes y en especial el campesinado del territorio, está cansado de promesas incumplidas y buscamos encontrar salida a esta terrible situación que ha costado vidas, miseria, destrucción y deterioro de los recursos que da la madre tierra”.

 

Castilla: el Candidato

Con una síntesis de la realidad del país que presentó en su visita a Cúcuta -y que se expresa con todos sus componentes en el Catatumbo-, Alberto Castilla demuestra que le cabe el país completo en la cabeza. El recorrido que realiza desde hace varios meses por distintas regiones de Colombia, le han permitido fortalecer esta mirada y situarse a la cabeza de los candidatos al Senado que pueden aportar a la construir un país para todos, donde se cobijen distintos sectores sociales y sus luchas por un país democrático, en paz y justicia.