Con la presentación del pasado sábado en Bogotá, las agrupaciones chilenas de hip-hop CoN$pirazión y Salvaje Decibel finalizaron su gira por Colombia. Aportaron a una campaña que propende la desmilitarización de la vida de la juventud.

Alrededor de 300 personas acudieron el sábado 2 de agosto a la convocatoria bogotana para el concierto final de estos raperos de izquierda en el marco de su gira por Colombia.

La Minga Juvenil Nacional, Red Proyecto Sur, la Mesa Caminando por la Vida y el Colectivo Tierra Libre, facilitaron las visitas a ciudades como Popayán, Cali, Medellín, Ibagué y Neiva. Además de esto, los raperos participaron de mingas territoriales en el municipio de Fusagasugá (Cundinamarca) y en localidades y colegios de El Codito y San Cristobal. También acompañaron procesos del Congreso de los Pueblos y participaron en los 10 años de las Vivencias Campesinas, Indígenas y Afrocolombianas, en territorios como Cajibío en el departamento del Cauca.

Días antes al concierto en Bogotá, se ofrecieron espacios dentro de ruedas de prensa y conversatorios para hacer intercambios en torno a la discusión del arte y la contracultura urbana con diferentes artistas y colectivos de trabajo, así como para debatir en torno a los ejes de la “Campaña Sin Discreción: Contra la Militarización de la Vida”: Abolición del Servicio Militar Obligatorio y la obligatoriedad de la libreta militar; rechazo a la criminalización y estigmatización de la protesta social y de la organización juvenil; contra el abuso de autoridad por parte de las fuerzas armadas; las mujeres como botín de guerra; y, finalmente, la exigencia de la desmilitarización de los territorios.

Dentro del concierto, CoN$pirazión y Salvaje Decibel fueron antecedidas por agrupaciones locales de hardcore/punk y hip-hop, quienes expusieron a través de los diversos sonidos y estilos, motivos para acompañar la campaña desarrollada por las organizaciones convocantes al evento.

El público gozó con canciones de CoN$pirazión que, desde hace algunos años, vienen siendo parte de la ambientación y el discurso de los movimientos juveniles y estudiantiles dentro de la actividad política y social. Con líricas cargadas de historia y rebeldía, entonaron las rimas de canciones como A Desalambrar, Atrévete, Vamos y Rojinegro.  SubVerso (integrante de CoN$pirazión), cantó junto a Portavoz (Integrante de Salvaje Decibel) algunas canciones, entre las que se destacan Lo que no voy a decir y Dónde Empieza, temas que tratan desde el desarraigo de las tierras que le han quitado a los indígenas mapuche en Chile, hasta una posición clara frente a la violencia popular desembocada por la violencia de los diferentes Estados. 

Los asistentes corearon con alegría gran parte de sus canciones, que tienen una fuerte influencia tanto de los legados del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), como de las historias de las guerrillas de liberación nacional del continente. Es común en este grupo los discursos de Salvador Allende, pero también un fuerte predominio de las ideas de Víctor Jara, Violeta Parra, Carlos Puebla, Daniel Viglietti, Alí Primera, Atahualpa Yupanqui, Rolando Alarcón, entre otros cantautores de la canción social anti dictadura que ha acompañado los procesos sociales revolucionarios de centro y Sudamérica. 

Por su parte, Salvaje Decibel, nacido en 2005, descargó todo el nivel demostrado en sus álbumes Poblacional (2007) y Radical (2013). Una agrupación de rap crudo que logró poner a ondear banderas dentro del concierto, un grupo integrado por Portavoz, Funky Flu, Revilo Marley, Ezer y Dj Cydtronick, quienes además de tener fuertes canciones contra la represión policial, lograron cautivar la atención del público con líricas como La Mirada del Amor.

Este grupo tiene canciones de culto como Autodefenza, que también ha sido integrada a las dinámicas del movimiento social y popular, pues es común escucharla dentro de los espacios asamblearios de las organizaciones juveniles. Es rap clasista, revolucionario y socialista, como lo demuestra su video Rap con r de Revolución. Consideran la música como un instrumento de resistencia que aporta a la construcción de poder popular, un medio y no un fin, una manera de comunicar la realidad que tapan los medios de comunicación al servicio del dinero, una forma más en la que la juventud puede manifestar su inconformismo contra el imperio gringo y el capitalismo.

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Finalizado el concierto, la fiesta siguió en varias esquinas dentro del frío capitalino. Unos bailando, otros improvisando al son de una guitarra y otros tan solo escuchando un hip-hop con conciencia crítica, contestatario y transformador, un espacio místico en la calle, que dejó grandes amistades, emociones, pero sobre todo proyecciones llenas de esperanza.

Seguramente, con esta perspectiva, de un hip-hop político, con valores solidarios y organizado, muchas expresiones que se vienen dando en el país en torno al arte y la resistencia cultural, puedan tener más insumos para hacer de la música una herramienta, un arma, desde donde se exprese la rabia por las desigualdades e injusticias sociales, como en efecto se viene haciendo con un enfoque organizativo, por ejemplo, dentro del Congreso de los Pueblos, con otras organizaciones que participaron de los conversatorios y el concierto como Tejuntas, Catarsis y Taller Sur.