Durante 53 días, campesinos de la región del Catatumbo, departamento de Norte de Santander, bloquearon las vías de los municipios de Ocaña y Tibú. Esta protesta tuvo como motivo inicial las actividades de erradicación de cultivos declarados ilícitos, que de manera inconsulta y no gradual inició el gobierno en el corregimiento Las Mercedes, del municipio de Sardinata.

La formalización de la Zona de Reserva Campesina fue otra de las razones que llevaron a las comunidades a apostarse en estas dos localidades. En Ocaña, la Fuerza Pública ocasionó la muerte a 4 campesinos y también hubo numerosos heridos de gravedad.

A partir del 25 de junio, la manifestación se concentró en el municipio de Tibú. Aquí, el pasado 3 de agosto, se adelantó en la vereda J-10, del corregimiento La Aduana, el Acuerdo Social para el Catatumbo, como un paso más en esta protesta que, si bien levantó los bloqueos, mantiene en el diálogo con el gobierno las exigencias contenidas en el pliego de peticiones. Una negociación que de ahora en adelante facilitará y monitoreará la recién conformada Comisión de Garantes.

Entre el 29 de julio y el 3 de agosto, la Fundación Chasquis y Colombia Informa visitaron La Aduana y La Punta del Palo, localidades del municipio de Tibú, así como el Refugio Humanitario Internacional, ubicado en el Concejo Comunal La Guacamaya, del municipio Jesús María Semprún, en el Estado del Zulia, República de Venezuela. A este lugar llegaron cerca de 200 personas huyendo de lo que se creía era un ataque inminente de la Fuerza Pública contra los manifestantes y la población civil. Muchas de estas personas sufrieron afectaciones en su salud por la utilización de gases lacrimógenos y otro tipo de artefactos no autorizados, utilizados por miembros del Escuadrón Móvil Antidisturbios, ESMAD.

Además de un escenario de conflicto, las manifestaciones son un encuentro de gente desconocida entre sí y diversa, para la que la excepcionalidad del momento se convierte en la ocasión perfecta para contar y evocar desde sus propias historias y trayectorias de vida. Es también el espacio para el trabajo conjunto y la oportunidad para afirmarse ante los ojos ajenos desde lo que se hace. Los quehaceres de la población campesina, sus momentos de ocio y esparcimiento, de decisión y entendimiento, las formas que tienen de arreglar sus diferencias son todos aspectos que forman el sustrato de esta galería fotográfica.

Un co-producción con Fundación Chasquis

Catatumbo, 8 días tres localidades

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