Hoy lunes 3 de febrero se cumplen 85 años del natalicio del sacerdote, sociólogo y político revolucionario Camilo Torres Restrepo. En coincidencia con la fecha, Colombia Informa publica en exclusiva esta entrevista inédita al filósofo e historiador Enrique Dussel, quien a lo largo de su obra abordó los vínculos entre marxismo y cristianismo. Aquí se refiere a la figura legendaria del cura guerrillero, valora sus aportes académicos y lo compara con el Che, San Martín y Bolívar.
Enrique Dussel recibió el doctorado Honoris Causa de parte de las autoridades de la Universidad de Buenos Aires a fines de 2012. De esta manera le reconocían su trayectoria y homenajeaban su esfuerzo académico. En este contexto, Dussel dictó dos conferencias en la capital argentina: una en la Universidad y otra en la sede de un sindicato. En ambas se refirió extensamente a sus “20 tesis de política” y siguió tejiendo la filigrana de encuentro entre marxismo y cristianismo.
Los investigadores Lorena López y Nicolás Herrera, miembros del Colectivo Frente Unido – Investigación Independiente, aprovecharon la ocasión para sostener, en Buenos Aires, un diálogo con el maestro a propósito del pensamiento y acción de Camilo Torres. Como resultado de ese encuentro salió una extensa entrevista que hasta hoy permanece inédita.
Con motivo del 85 cumpleaños de Camilo Torres y gracias a la colaboración de los autores de la entrevista, Colombia Informa publica en forma exclusiva algunos apartados de aquél diálogo.
Pregunta: Maestro Dussel, la excusa de estar en este lugar es para que conversemos sobre Camilo Torres Restrepo…
Enrique Dussel: Bueno, para mí se produjo muy pronto la muerte de Camilo. Sin embargo, luego pude leer más de él a través de las publicaciones que realizó el CIDOC [Centro de Investigación y Documentación] en México, materiales que usé muchas veces en mis notas o indirectamente como un caso típico de compromiso cristiano al punto de entregar la vida, como lo hiciera el Che sin ser cristiano.
P: ¿Cree que hay un paralelo entre Camilo Torres y Ernesto Che Guevara?
E. D.: Camilo era muy importante, era la figura paralela al Che Guevara, de la misma época y con muertes muy parecidas. Los dos, diría yo, así como para anticiparme, fueron figuras simbólicas que desde un punto de vista político anticiparon una época. Pero como los grandes héroes no analizaron bien la coyuntura, es decir, cometieron ciertos errores: el Che se metió en un país que no conocía contra un ejército que no conocía, y bueno, eso fue un fracaso; y sin embargo el Che es la figura mundial, porque lo que interesó en él fue su compromiso. Yo diría que a Camilo le pasó algo parecido. Si Camilo hubiera vivido, hubiera jugado un rol grande en la historia colombiana. Camilo, para su época, tomó la decisión limite dentro de una teoría foquista, que lo hace ser una figura para siempre.
P: ¿Qué fue lo que más le impactó de Camilo?
E. D.: ¡Que era un sociólogo!, porque si bien estaba Orlando Fals Borda para la misma época y sus obras me influenciaron para el tema de la liberación, yo leí a Fals Borda en el año de 1968, mucho después de Camilo.
En cambio Camilo, por ejemplo, nos inspiró lo que yo voy a llamar Filosofía de la Liberación. Camilo estaba ahí detrás, y estaba detrás de todo un movimiento argentino, los que luego se van a llamar Los Curas del Tercer Mundo que también tendrán sus mártires. Habrán muertos entre esos curas, y Camilo era como la imagen del compromiso político hasta el límite. Asimismo, va a surgir la Teología de la Liberación con la JEC [Juventud de Estudiantes Cristianos o Católicos], junto a Gustavo Gutiérrez en Perú, Hugo Assmann después en Alemania y en Brasil, y sobre todo Juan Luis Segundo; van a tener que pensar ese compromiso cristiano en las guerrillas que ponía el camino patas arriba.
Entonces hubo que hacer una Teología para justificar esos compromisos como el de Camilo, y decir: “Camilo no contradice su tradición ni su fe” sino que tiene criterios cristianos para poder ser esa opción, y eso fue fundamental en esos años 65, 66, 67, y en el 68 va surgiendo lo que se va a empezar a llamar Teología de la Liberación.
Camilo no fue todavía de esa expresión, era un sociólogo que empezaba a descubrir cosas y claro, ni siquiera existía todavía la Teoría de la Dependencia. Camilo estaba en una etapa teórica anterior, pero en la que se inventó el camino de una sociología latinoamericana.
P: ¿Podría pensarse entonces que Camilo era una referencia obligada?
E. D.: ¡Claro!, fue la referencia obligada. ¿Por qué? Porque Camilo se mete en la guerrilla y da la vida, yo diría demasiado rápido y un tanto ingenuamente, porque en el primer ataque aparece y sin muchas precauciones se expone a que lo maten. Militarmente hablando no estaba tan equipado, pero a él no le interesaba lo militar, le interesaba el compromiso, y por eso pasa a ser un criterio, un limite, una referencia obligada.
P: Cuando usted hace La Historia de la Teología de la Liberación, ¿qué encuentra significativo en Camilo?
E. D.: Bueno, primero que entra al proceso del foquismo y que muere, y se transforma en un símbolo y en una referencia. El Che Guevara va a ser algo parecido. Entonces, de ahí en adelante ya se puede decir, «mira, hay un cura que murió guerrillero» y es un hecho, usted lo justifica o lo critica, y nosotros, todos lo justificamos.
P: Como teórico de la Ética y de la Política de la Liberación y como un estudioso de la Teología, ¿cuáles elementos considera que son los aportes más importantes de Camilo Torres Restrepo ya sea desde su producción intelectual, o desde su práctica a estas teorías?
E. D.: Existe una objeción inmediata entre 1968 y1969 -y todavía hoy la repiten-, frente al “caso Camilo Torres”, luego continuado por otros y otras, y es que no es posible en un cristiano usar la violencia. En mis trabajos sobre la ética en el año 1970 respondo a esa pregunta, y es que, primero, hay que entender que violencia es violar el derecho al otro, entonces es una fuerza que se ejerce contra el derecho del otro, y en oposición a ello, tenemos la coacción legitima del que se defiende, y a esto, yo no la llamo violencia, lo llamo coacción legítima. Algunos pueden creer que es cuestión de palabras, pero no es así, porque uno está defendiendo los intereses de un pueblo, su vida, etcétera. Y el otro te está atacando. En el tema de la guerra justa hay dos ejércitos, uno que agrede y otro que defiende. El que agrede es injusto, el que defiende es justo, pero la gente se escandaliza y dice: «No, pero es la violencia». Bueno, si tomo a José de San Martín, o a Bolívar, por ejemplo ¿qué hicieron? Pues organizaron un ejército para defender la Patria. Por ende, usaron una coacción legítima.
En este sentido, el tema de la violencia no contradecía el pensamiento cristiano planteado adecuadamente, pues no era la violencia sino la defensa lícita del inocente. Algo contradictorio al cristianismo son las malas interpretaciones, por ejemplo, cuando Jesucristo dijo: cuando te golpeen una mejilla, pon la otra. Una cosa es fundar una comunidad mesiánica, religiosa, y otra, fundar un Estado. El político no es le que pone la otra mejilla, sino que cuando al inocente le dan una cachetada en la mejilla, lo defiende y al defenderlo tiene que organizar la política, que es otra cosa totalmente distinta al mesianismo religioso. Ahí surge todo el tema de la política, por eso el tema fe y política fue lo primero en la Teología de la Liberación, y entonces había que inventar, recrear un pensamiento teórico que permitiera esas acciones. Eso surgió primero en grupos estudiantiles que se hacían guerrilleros en mucha gente de todos los países.
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