28 abr. CI.- Calles vacías, fábricas cerradas, medios de transporte paralizados, son apenas algunos de los escenarios en medio de la Huelga General en Brasil, que comenzó en la madrugada de este viernes. Las organizaciones sociales del país convocaron una manifestación nacional contra los continuos cortes a los derechos en el último año, promovidos por las reformas laborales y sociales del gobierno golpista de Michel Temer -PMDB-. Más de 35 millones de trabajadores pararon en todo el país, justo cuando en el Congreso Nacional se pretende aprobar la reforma.

En Brasil no se habla de otra cosa. La Huelga General está en boca del pueblo. Es un asunto de la panadería, de la parada del bus, del salón de clase, de las casas  y, claro, de los principales noticieros del país. Los ciudadanos brasileros pararon actividades en contra de una reforma laboral que elimina los derechos adquiridos en las últimas dos décadas.

Escuelas privadas, públicas y universidades cerraron sus puertas; bancos y diversos sectores de la industria se sumaron al paro nacional. Los hospitales y establecimientos de salud, que por razones humanitarias no pueden parar sus funciones totalmente, se adhirieron a la manifestación priorizando únicamente los casos de urgencia médica. Además de esto, las principales entradas y salidas de las ciudades más importantes del país como São Paulo, Pernambuco, Recife, Salvador de Bahía, Río de Janeiro, Curitiba, Belo Horizonte, Mina Gerais, entre otras, amanecieron bloqueadas por el MST -Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra-, el Movimiento Feminista de Brasil y varias organizaciones sociales.

La fe cristiana también se sumó a la Huelga

Además del apoyo sindical y de los movimientos sociales, la protesta se ganó apoyo de varios sectores religiosos, como los católicos y los evangélicos. El Pastor Henrique Vieira, de la Iglesia Bautista del Camino, explicó para el medio de comunicación Brasil de Fato el porqué hay que manifestarse contra las reformas de Michel Temer. “Esas reformas contradicen al reino de Dios, como cristianos tenemos la obligación de levantarnos contra las medidas que perjudican al pueblo. Ir a las calles este viernes 28 de abril es ir al encuentro de Dios, puesto que él pregonó la justicia social. La reforma de Temer es una maldad contra el pueblo de Dios”.

El pastor afirmó, además, que esas políticas estatales van a golpear a los que menos tienen. “En mi perspectiva de cristiano, las reformas amplían las desigualdades sociales, tira los derechos conquistados con la lucha de los trabajadores del campo y de la ciudad. La eliminación de la Seguridad Social hace que pesen sobre el pueblo los problemas que podrían ser solucionados de otra forma, como la tasación de las grandes fortunas”.

La Iglesia Católica tampoco se quedó callada. Además del pronunciamiento del Papa Francisco contra las iniciativas políticas que perjudican a los trabajadores, la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil – CNBB– y más de 80 Arzobispos, lanzaron un comunicado convocando a la huelga y animando a ir a las calles a protestar. “Convocamos a los cristianos y a todas las personas de buena voluntad, particularmente a nuestras comunidades, a que se movilicen contra la Reforma Laboral y de la Seguridad Social, con el fin de buscar lo mejor para nuestro pueblo, especialmente para los más frágiles”.

Una protesta legítima

El Ministerio Público del Trabajo divulgó el pasado 26 de abril un comunicado sobre la Huelga General, en el que destacó la legitimidad de la protestas. “Movimiento justo y adecuado de resistencia de los trabajadores a las reformas laborales, en trámite en el Congreso Nacional, ante la ausencia de consulta efectiva a los representantes de los trabajadores”. También afirmó que la reforma laboral “viola gravemente la Constitución Federal de 1988 y las Convenciones Fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo”.

En los dos aeropuertos de Río habrá manifestaciones de los trabajadores, según el Sindicato de los Aéreoviarios. Las compañías aéreas anunciaron la cancelación de varios vuelos en la madrugada y en la mañana. El Sindicato Nacional de Aeronautas, que reúne a pilotos, copilotos y comisarios de vuelo, prometió suspender los vuelos para Brasilia y así impedir que los políticos lleguen para votar las medidas que perjudican a los trabajadores.

La organización de esta Huelga Nacional fue el resultado del Foro por la Defensa de los Derechos de los Trabajadores y de la Seguridad Social, que estuvo a cargo de varias organizaciones políticas y sociales, sindicatos, liderazgos populares y movimientos rurales de Brasil.

 

Fotografía: Brasil de Fato.

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