25 ene. CI.- Seguridad. Sin duda uno de los principales retos que tendrá el Alcalde Enrique Peñalosa en la administración del Distrito para lo cual ya creó una nueva Secretaría. Sin embargo, la Bogotá que  Gustavo Petro le dejó al nuevo mandatario en este tema merece análisis y reconocimiento. Las cifras de hurtos y homicidios nunca habían estado tan bajas, según las mismas autoridades.

El recién nombrado General de Policía Metropolitana, Hoover Alfredo Penilla, manifestó que “la política de seguridad y convivencia puesta en marcha por ‘Bogotá Humana’ dejó en 17.4 la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes; la más baja de las últimas tres décadas lo cual convierte la ciudad en un referente nacional”. La Secretaría de Gobierno y la Policía Metropolitana de Bogotá, en reportes oficiales, han dicho que el ‘sicariato’, una de las mayore modalidades de homicidio en las ciudades colombianas, se disminuyó en más de un 40 por ciento. Ciudad Bolívar, una de las localidades históricamente marcadas por la violencia, tuvo el año pasado más de dos fines de semana en los que no se presentaron muertes violentas. 

El robo a celulares, uno de los delitos que mayor indignación genera entre los ciudadanos, también disminuyó durante el gobierno Petro. Según el propio Ministerio de las Tecnologías de la Información y la Comunicación –TICS- y la Policía Nacional, en 2014 el robo de celulares fue de 321.654 mientras que en el 2015 de 253.372, equivalente a -68.282 aparatos; es decir, una disminución del 21%, que supera el índice nacional, previsto por el Gobierno de 18%.

Las cifras ameritan ser analizadas a la luz de las decisiones. Porque quizá la mayor dificultad a la hora de intervenir el crimen en las ciudades colombianas ha sido el desconocimiento mismo de un fenómeno que, por su complejidad, dio origen a una disciplina poco aplicada en Colombia: la criminología. La situación fue agravada por la influencia de los medios en la percepción social del delito que ha llevado a un ‘populismo punitivo’ poco reflexivo con impactos en el Código Penal y los sistemáticos aumentos presupuestales para los organismos policivos, sin que esto parezca traer mayores resultados sobre la seguridad.

Estudios nacionales e internacionales realizados en los últimos años frente al fenómeno criminal, han demostrado que las soluciones represivas y punitivas, traen más problemas que soluciones.  El enfoque policivo y la agudización de las penas, no parece ser la solución definitiva a las manifestaciones del delito. Dice la Comisión Asesora para la Política Criminal del Ministerio de Justicia de Colombia, que para tratar la complejidad del problema es necesaria una verdadera política criminal que conjugue acciones en materia social, de seguridad y penal, evitando la fuga hacia el ‘populismo punitivo’, responsable del hacinamiento carcelario según los expertos de la Comisión.

William Jiménez, investigador de la Universidad Nacional en temas de violencia urbana, expresó en entrevista que “uno de los mayores logros de la Bogotá Humana fue abordar la criminalidad sin cinismo, invirtiendo en el eslabón más débil de la cadena del crimen y persiguiendo, incluso señalando públicamente, a los criminales más fuertes y poderosos”   así mismo, continua el investigador, “Petro, siguiendo las directrices de ‘Ciudades Seguras de UN Hábitat’ posicionó para Colombia ‘la  seguridad humana’ que aborda la problemática desde la perspectiva de equidad, igualdad, solidaridad e inclusión”. A continuación, algunos de esos aportes del gobierno Petro en el mejoramiento de la seguridad distrital.

Jóvenes en Paz

Este programa es una estrategia ejecutada en su mayoría por el Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud -Idipron- en compañía de la Secretaría de Gobierno y Secretaría de Educación, que consiste en la vinculación de cinco mil jóvenes entre 18 y 28 años de edad, los cuales se encuentran en conflicto con la ley o en riesgo de estarlo, están desvinculados del sistema educativo formal y residen en barrios de la ciudad de alta conflictividad.

“Se trata de una estrategia pedagógica que busca generar en los jóvenes competencias y saberes básicos para un ejercicio ciudadano alternativo a la violencia y el delito” dice su Coordinadora General Martha Yanet Sandoval. En resumen, el proceso consiste en nivelar académicamente a los jóvenes durante tres días de la semana para después abocarlos a procesos de ‘apropiación territorial’ desarrollados en zonas marginales de la ciudad donde los jóvenes participan en la recuperación y mantenimiento del espacio público, fuentes de agua, humedales y elementos del patrimonio cultural.

“Gracias a la apropiación territorial desarrollada con los jóvenes hoy la ciudad cuenta con más de 1000 metros cuadrados de espacio público recuperado por los jóvenes en las localidades más conflictivas de la ciudad”, comentó la coordinadora de las prácticas de apropiación territorial, Sandy Morales.  Pequeños parques, huertas comunitarias, cuidado de humedales y Transmilenio, fueron algunos de los escenarios de trabajo donde el proyecto buscó disputarle jóvenes a la delincuencia.

Uno de los beneficiarios del programa, Alberto de 21 años, dice llevar una nueva vida; “La plata la conozco, lo que no conozco es una escuela, una universidad, un lugar en el que sea bien recibido y aceptado”. Como él,  otros 1.000 jóvenes culminaron sus estudios de bachillerato y recibieron formación complementaria en Gestión del Riesgo, Patrimonio Cultura, Logística de eventos, producción musical y Gestión Comunitaria.

Centro de desarrollo para el habitante de calle

Carlos Cesar, residente en el barrio La Macarena, manifiesta que muchos de los atracos que se presentan en su barrio son ejecutados por habitantes de la calle. Para esta población muchas veces vinculada a la ilegalidad, la saliente Alcaldía implementó el primer Centro de Desarrollo para el Habitante de Calle el cual cuenta con carpintería, construcción y hasta teatro. A la fecha este centro tiene la capacidad de recibir unos 200 habitantes, pero la puesta en marcha del modelo a escala Distrital promete mejores resultados dice uno de sus funcionarios que prefiere reservar su identidad. Ya son aproximadamente 80 habitantes que han dejado la calle para dedicarse a oficios legales como señaló el Diario el Tiempo 25 de septiembre de 2015.

Los Centros de Atención Médica a Drogadictos

La iniciativa de los Camad, según el director de la Acción Técnica Social –ATS-, Julián Quintero: “Parecen encajar en una nueva valoración más general de las políticas de control de drogas en Colombia”.

Considerados una alcahuetería para muchos, estos centros implementados en la administración Petro lograron atender a más de 32.000 habitantes de calle, a septiembre de 2015-, con medidas médicas y psicosociales en los alrededores del Bronx y Ricaurte (Mártires), Kennedy, Chapinero, Rafael Uribe, Cárcel Distrital, Bosa, Ciudad Bolívar, Suba Rincón, San Cristóbal, Usme y Usaquén. La estrategia encaminada a disminuir los niveles de segregación social de la capital concentró su intervención sobra áreas degradas física y socialmente o territorios criminógenos, que no es otra cosa que esos lugares que estimulan la ocurrencia de delitos.

Desarme ciudadano

Pese a que no existe una estimación del número de armas que hay en las calles bogotanas, no es un secreto que la economía del delito depende directamente de su circulación. Por esa razón, el gobierno pasado continúo con las jornadas de entrega voluntaria de armas a cambio de bonos transables en almacenes de cadena. Solo en una jornada de desarme voluntario, llevada a cabo en la localidad de Bosa, la Secretaría de Gobierno y la Policía Metropolitana lograron contabilizar 17 escopetas, 10 revólveres, 8 tamperos (armas hechizas parecidas a un fusil), 5 trabucos, 7 pistolas, 1 rifle, 12 granadas, 2 proveedores y 2.700 municiones.

Resultados similares se dieron en localidades como Santa Fe, Engativá, Suba, Rafael Uribe y Kennedy. Los críticos de esta estrategia comentan que la estrategia ejecutada en compañía con el Ejército Nacional y la Policía Metropolitana, carece de un componente educativo que acompañe el desarme, por lo que se puede caer en el simple tecnicismo de prohibir el porte de armas sin incentivar una cultura de paz. 

Currículo 40 x 40

El programa aumentó la intensidad escolar en colegios oficiales a 40 horas a la semana por 40 semanas al año. Mediante formaciones complementarias en arte, música y deporte, 254.991 estudiantes de 104 colegios del distrito se beneficiaron. El resultado de esta política trajo el reconocimiento por parte de Unesco  al declarar la estrategia como vanguardia mundial en la que no solo se incentivó una excelencia académica en colegios públicos sino el “empoderamiento de los estudiantes y la generación de mejores condiciones para la convivencia”, según Gustavo Schujman, consultor de esta institución.

En términos de esfuerzo fiscal, la administración Petro recibió una Secretaría de Educación con un presupuesto anual de 2.3 billones de pesos para entregar a 2015 esta dependencia con unos 3.3 billones de pesos lo cual para efectos de ‘40×40’ significó una inversión de $ 4.126.761 por niño para educación preescolar y $ 3.832.301 por joven en educación secundaria, cifras muy  por encima del promedio nacional.

¿Y la nueva administración?

Los pronunciamientos del actual Alcalde y su gabinete en temas de seguridad, dejan cosas que pensar. Ya se anunció la instalación de cámaras de vigilancia en toda la ciudad, el incremento presupuestal para la Policía Metropolitana, e incluso se está contemplando un impuesto para la seguridad. Así mismo, Peñalosa manifestó su apoyo a la reforma de la Ley de pequeñas causas que busca recluir sin beneficios los llamados ‘delincuentes reincidentes’. El Alcalde también hizo alusión a una posible reforma del código policial.
 
Por otro lado, y a pesar del reconocimiento otorgado por el Banco Interamericano de Desarrollo -BID- al Secretario de Seguridad Daniel Mejía, el nuevo mandatario anunció el pasado 5 de noviembre, que los Camad no seguirán habilitados. Esto contrasta con los anuncios hechos por Peñalosa en reunión con el general Guatibonza, excomandante de la Policía Metropolitana, en los que deja clara su intención de aumentar el tamaño de la Cárcel Distrital.

Las declaraciones del mandatario poco reconocen la experiencia dejada por el gobierno de Gustavo Petro y dejan ver un retorno hacia el ‘populismo punitivo’ que en Colombia es muy útil cuando de quedar bien con la opinión pública se trata.

CI FC/MP/25/01/16/8:00