17 oct. CI.- Valerosa mujer comprometida con la independencia latinoamericana que supo hacer frente al imperio español. Destacó desde joven por su compromiso con la independencia de América Latina.

Nació en Venezuela, en el Estado Zulia el 2 de abril de 1796. Desde joven, Ana María Campos estuvo involucrada con las ideas independentistas. Provenía de una familia aristocrática de Venezuela, sin embargo como todas las mujeres de la época, creció bajo el rígido esquema patriarcal liderado por la iglesia católica, lo cual limitó su formación educativa. Esta situación no impidió que fuera autodidacta y se empapara de las ideas revolucionarias de la época.

Su compromiso con las ideas libertarias la llevarían a asumir los postulados de la revolución francesa “Igualdad, Libertad y Fraternidad”, en cuyo nombre su generación resistió el dominio español.

Entre 1821 y 1823 Venezuela cayó bajo el total dominio español. El Mariscal de campo Francisco Tomás Morales tuvo el dominio por parte de los peninsulares. Fue este mariscal quien hizo detener en 1822 a Ana María Campos, la cual venia organizando reuniones y actividades revolucionarias. Una de las acusaciones principales que le hicieron, era ser la autora de la frase “Si Morales no capitula monda” lo que en el lenguaje vernáculo de la época significaba que Si Morales no se rendía, moriría a manos de las tropas independentistas que asediaban a los españoles.

“Si Morales no capitula monda” se popularizó entre la población de Maracaibo hasta el punto que el temible Mariscal exigió a la joven Ana María Campos ofrecer disculpas. Campos no solo admitió ser la autora de dicha esa frase, se negó rotundamente a disculparse ni a suplicar piedad.

Morales ordenó que Ana María Campos fuera azotada públicamente y montada en un burro en vez de un caballo, como señal de oprobio y humillación. Valentín Aguirre fue el verdugo encargado de azotar a la mujer, la cual cada vez que era increpada para disculparse, exclamaba dignamente: “Si no capitula, monda”.

Ana María soportó de forma heroica la tortura negándose a disculparse con el Mariscal Morales. Si bien no murió, la dura golpiza sufrida afectó su salud para siempre y acortó su vida.

Como una sentencia profética las palabras de Ana María se hicieron realidad. El 24 de julio de 1823, se libró la batalla Naval del lago de Maracaibo en la cual los Españoles sufrieron una nueva derrota que dio la definitiva independencia de Maracaibo. El orgulloso Mariscal de Campo, Francisco Tomás Morales debió capitular ante las tropas libertadoras tal y como lo anunció Ana María Campos.

El 17 de octubre de 1828, a los 32 años, murió en Maracaibo, al lado del lago donde vivió una importante parte de vida.

La poetisa Rosa Virginia Martínez (1915-1983), escribió refiriéndose a la heroína venezolana:

Canción de Primavera

Heroína del alba y de la rosa:
Entre espadas y sangre,
Tu corazón de fuego en fuego arde
¡Cómo pasa tu nombre por la historia,
En ritmo de jazmín, laurel y gloria.

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