6 sept. CI.- En horas de esta tarde acaba de aterrizar el Papa Francisco en tierras colombianas. Parte de los detractores de esta visita critican el apoyo de la Iglesia Católica al proceso de paz y al mensaje de reconciliación que ha manejado desde su cúpula.

Hace 31 años, el entonces papa Juan Pablo II visitó a una conmocionada Colombia. El país estaba abatido por la Toma al Palacio de Justicia y la tragedia del deslave que sepultó a Armero.

Es difícil imaginar, en el lapso de estas dos visitas, un momento menos decisivo como el que se viene viviendo en los últimos cinco años. Y es que el Papa Francisco llega a una nación donde se acaba de desarmar una de las guerrillas más antiguas del continente para participar en la política oficial.

Al mismo tiempo, hace apenas dos días se anunció que, fruto de las negociaciones entre Ejército de Liberación Nacional -ELN- y Gobierno, se establecería un Cese al Fuego Bilateral por 4 meses, con la posibilidad de renovación en la medida que se vaya avanzando en los puntos de la agenda de negociación.

Dentro de los dos procesos anteriormente mencionados, el papel de la Iglesia ha sido y es crucial al servir de mediadora y garante en puntos concretos de las agendas de negociación e implementación de los Acuerdos.

Esta visita pone varias discusiones en la mesa porque intenta mover las necesidades de reconocer la oportunidad histórica de reconciliación y diálogo en pos de la paz. Sin embargo, no todos vemos “la paz” de la misma manera.  La Alcaldía de Bogotá, por ejemplo, ha optado por desplazar y desaparecer a los habitantes de calle del Centro de la ciudad para recibir al Papa.

Francisco se ha manifestado en pro de las iniciativas de diálogo para alcanzar la Paz. Estas posiciones le han significado detracciones y señalamientos, incluso dentro de la misma Iglesia. Por estos días salen a flote las múltiples participaciones de esa institución en la violencia del conflicto armado y social colombiano.

Dentro de las reacciones que ha provocado la visita está la del pueblo Bari. Organizados y organizadas en la Asociación de Autoridades Tradicionales Ñatubaiyibari, radicaron el 5 de Septiembre ante la Nunciatura Apostólica una solicitud al Papa Francisco para que, como máximo representante de la Iglesia Católica, de a conocer la verdad sobre la misión religiosa que se llevó a cabo a inicios del siglo pasado en la zona del Catatumbo.

Quedan entonces para debatir el carácter laico del Estado colombiano, que invertirá 18 millones de pesos en infraestructura para la visita de un líder católico; y otros asuntos como la posición de esta Iglesia frente a la responsabilidad histórica respecto a los pueblos indígenas de Nuestra América.

CI YA/PC/06/09/17/18:00