Se llevó a cabo un acto de conmemoración, este 28 de febrero, de los 20 años de abuso sexual y asesinato de la niña de 9 años Sandra Catalina Vásquez dentro de la estación de policía III del barrio Germania, Bogotá, por parte de un agente de la policía nacional.

A las 9 de la mañana, empezaron a llegar diferentes personas que se habían dado cita para manifestar su repudio y rechazo a todas las formas de violencia contra las niñas, los niños y las mujeres perpetradas por agentes del Estado, Con arengas como “Sandra Catalina siempre viva” “Reverdezcamos la memoria para que florezca la vida” y “ni un niña, ni un niño, ni una mujer más víctima de la violencia del Estado” mostraron su indignación y mantuvieron la memoria de la niña y la demás víctimas de la violencia y abusos sexuales.

El evento además contó con la participación del Jardín Botánico de Bogotá, institución que se unió sembrando un hermoso jardín de Siemprevivas en memoria de la niña en el parque que queda cerca a la estación de policía donde ocurrió el crimen. También se unió el coro de niñas y niños del El Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud (Idiprom), quienes amenizaron el evento. El poeta Juan Manuel Roca quien escribió un poema para Sandra Catalina. Así mismo, estuvo el colectivo de abogados Alvear Restrepo, el Movimiento de Víctimas de Crímenes del Estado MOVICE, Movimiento contra la brutalidad policial, entre otros. 

El aberrante asesinato de Sandra

Sandra Catalina Vasquez GuzmánLa “siempre viva” Sandra Catalina era entonces una niña de sólo 9 años, estudiante de quinto de primaria en el colegio femenino Rosario Campestre, en donde se distinguía por ser una de las mejores estudiantes. Era hija única y razón de vivir de la pareja Sandra Janeth Guzmán y Gustavo Vásquez un agente de la policía que por entonces ya se habían divorciado, era una pequeña amante de la naturaleza, que soñaba con ser abogada, psicóloga, médica, como cualquier niña a su edad, siempre estaba sonriente y llena de vida. Una de sus compañeras de colegio quien compartió con Sandra Catalina las aulas escolares, los juegos, sueños, confidencias y travesuras infantiles la recordó como una niña llena de vitalidad, de energía y la definió como una maestra de vida en una conmovedora carta en su memoria.

Los hechos de los que Sandra Catalina fue víctima ocurrieron hace 20 años atrás cuando el domingo 28 de febrero de 1993, la niña Sandra Catalina Guzmán Vásquez, junto con su madre, fueron en busca del padre de Sandra en la estación tercera de policía de Bogotá ubicada en el barrio Germania en el centro de la ciudad. Una vez allí les negaron la presencia del agente padre de la niña. Sandra Guzmán, madre  de la decidió dejarle una nota a su ex esposo. En ese mismo momento a Sandra Catalina le pareció ver entre un grupo de uniformados a su padre y corrió a buscarlo, internándose en la estación.

Cuando la madre de la menor terminó de escribir su corta nota, empezó a buscar a su hija de manera desesperada y nadie le daba razón de ella. Luego de una afanosa búsqueda, la encontró en un baño del tercer piso de la estación, la niña había sido abusada sexualmente y posteriormente ahorcada. 

Este hecho indignó a la sociedad colombiana. La revista semana se pronunció frente al hecho a través del artículo “Muerte en la estación” de la siguiente manera: “En este país, en el cual en cuestión de violencia ya nada sorprende, el caso de la niña violada y asesinada en la estación III de policía de Bogotá, sí logró sorprender. Porque si bien en Colombia mucha gente ha creído que las autoridades cometen abusos, que la vida no vale nada y que los menores son víctimas de muchos actos de violencia, pocas veces todos esos elementos se habían sumado en un solo caso”. Y agregaba más adelante: “En un país en el cual, como en ningún otro en el planeta, los distintos cuerpos de seguridad se enfrentan al mismo tiempo a una delincuencia común desbordada, al crimen organizado más poderoso del mundo y a la guerrilla más vieja y numerosa, un cuartel policial debe internamente estar caracterizado por un orden y una disciplina que evidentemente no reinaban en la mañana del domingo 28 en la estación de la calle 18 A con carrera tercera. Si los uniformados no fueron capaces de darse cuenta y evitar un crimen tan atroz en las propias instalaciones del cuartel, resulta difícil pensar que están en capacidad de evitar que en la calle de enfrente les pongan un carro bomba, o incluso que se lo tomen por asalto» (Revista Semana).

Sandra Catalina Vasquez Guzmán Es de recordar recientes casos infortunados como la violación de dos niñas en Tame Arauca y el posterior asesinato de una de ellas de 14 años junto con sus hermanitos de 9 y 6 años por parte del teniente del Ejército Raúl Muñoz Linares en octubre del 2010, quien justamente hoy recibió condena de 60 años por el triple crimen y doble violación. 

La impunidad sigue campante en el caso de Sandra Catalina

En el caso de Sandra quizás por mostrar resultados, a un país sorprendido y conmovido con el hecho, la policía inicialmente culpó a su padre, el agente Gustavo Vásquez, quien fue capturado y duró varios meses en prisión. Luego en diciembre de 1994, cuando la investigación estaba a punto de ser archivada, se mostró un nuevo culpable: el también agente de la policía Diego Fernando Valencia Blandón quien fue condenado a 45 años de cárcel. No obstante, este hombre solamente pagó 10 años de condena y se encuentra en libertad desde hace 7 años. 

Sandra Catalina Vasquez GuzmánUna situación de injusticia e impunidad que enluta a familiares de la menor y sobre todo a su madre Sandra Janeth Guzmán quien aún se mantiene sin descanso en exigir que se haga justicia, que pare la impunidad, que se diga toda la verdad que hay detrás del caso y además que haya reparación para ella y su madre, abuela de la menor. 

Es de tener en cuenta que el año anterior, en febrero de 2012, tras una demanda interpuesta por Gustavo Vásquez, padre de Catalina; el consejo de Estado ordenó a la policía Nacional realizar un acto público de ofrecimiento de disculpas al padre de la menor. A este acto, Sandra Janeth Guzmán Arana no asistió porque como ella lo consideró quien debía pedir perdón era directamente el general de policía de ese entonces: “Rosso José serrano” y no El general Edgar Orlando Vale Mosquera, actual subdirector de la Policía Nacional,  Además, de que con este hecho no se hace justicia y ella no se prestaría para que con este acto se considerara que nada había pasado. Ella por su parte se ha negado a recibir indemnizaciones materiales ya que considera que la única indemnización válida es que en este lamentable hecho, se haga justicia y que cese la impunidad que ha venido reinando en el caso de Catalina.