18 may. CI.- Represión del Gobierno sionista a las protestas palestinas en la Franja de Gaza dejaron este 14 de mayo, por lo menos, 60 muertos y 200 heridos. Mientras tanto, Washington eligió el aniversario de constitución del Estado de Israel (que el pueblo palestino califica como “nakba” o catástrofe) para realizar su promesa electoral de trasladar la embajada de Estados Unidos desde Tel Aviv a Jerusalén.

El Presidente gringo Donald Trump anunció el pasado diciembre dicho traslado con un discurso de alto contenido político prosionista. Además, va contra las leyes establecidas pues la ciudad de Jerusalén tiene un estatus especial en el marco de las negociaciones de paz en el territorio palestino ocupado por Israel. Este anuncio provocó reacciones internacionales: el presidente francés expresó sus preocupaciones al mismo tiempo que el portavoz del Gobierno turco declaró que este hecho pondría “fin al Proceso de Paz” entre israelíes y palestinos.

Históricamente, la política exterior de Estados Unidos hacia Israel ha sido cómplice al desconocer, por ejemplo, la resoluciones de la Organización de Naciones Unidas y seguirle proporcionando ayuda militar para el exterminio sionista sobre el pueblo palestino. Pero la Administración actual le da otro impulso al desconocer el conjunto de lo que hasta hoy eran consensos de la diplomacia internacional.

La fecha del traslado coincidió con la conmemoración (este 15 de mayo) de los 70 años de ocupación Israelí sobre el territorio palestino. Se estima que en 1948 un millón de palestinos fueron desplazados de sus tierras, bajo control británico en la época, para dar lugar a la creación del Estado de Israel.

La Franja de Gaza, donde se dio la marcha tan duramente reprimida el lunes pasado, lleva 11 años en Estado de Sitio. Cerca de dos millones de habitantes han quedado encerrados en 360 km2 sin acceso a agua, electricidad, debido a la destrucción de la infraestructura por los repetidos bombardeos israelíes. Según el ejército israelí se abrió fuego contra la multitud (estimada en 35.000 personas) porque se dirigían hacia la valla que separa Israel de Gaza. Reportes hablan de unos 1.000 heridos por balas y otros 1.000 por otro tipo de armas.

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Desde marzo de este año se desarrolla la Gran Marcha por el Retorno la cual incluye campamentos de familias palestinas que marcharon diariamente hacía el muro. Se calcula que alrededor de 85 personas han sido asesinadas y cerca de 4.000 heridas en este período de seis semanas a manos del Ejército israelí.

El movimiento global para los Derechos Humanos, Amnistía Internacional, denunció que la represión a la protesta palestina había sido con un uso excesivo de la fuerza y una “deplorable violación de la ley internacional”. En abril, luego de que el Ejército israelí abriera fuego contra la Marcha en Gaza, esa misma organización hizo un llamado al embargo militar. “El tiempo de declaraciones simbólicas de condena ha terminado. La comunidad internacional debe actuar de manera concreta y detener la entrega de armas y equipo militar a Israel”, afirmó Magdalena Mughrabi, su Directora Regional para Oriente Medio y Norte de África, a través de un comunicado.

Rita Abu Ghosh, de la campaña nacional e internacional de Boicot Desinversión y Sanciones a Israel, explicó en una entrevista con el informativo The Dawn que este llamado también se está haciendo desde el propio territorio de Palestina.

Además del embargo militar, dicha plataforma de organizaciones sociales palestinas con un amplio respaldo internacional, promueve desde hace 10 años un boicot económico y cultural a Israel, exigiendo “el fin de la ocupación israelí del territorio palestino y el desmantelamiento del Muro de Apartheid; el reconocimiento de los derechos fundamentales de las personas palestinas que viven dentro de Israel y son ciudadanos israelíes; y el respeto por los derechos de los palestinos refugiados a retornar a sus casas como lo estipuló la Resolución 1942 de la ONU”.

Beneficios económicos

Esta guerra de colonización sionista es muy rentable para el Estado de Israel, quien ocupa el 78% del territorio palestino y ahí construye “colonias”, alimentando una burbuja inmobiliaria que beneficia su economía.

Además, 3.000 millones de dólares son parte del “apoyo” anual de Estados Unidos a Israel. Cabe señalar que esta suma será aumentada a 3.800 millones anuales en los próximos 10 años.

En el 2017 Israel inició un contrato de exportación con la Unión Europea de gas palestino. Dicho contrato está valorado en 4.000 millones de dólares. Se suma a él los sectores industriales que beneficia: la industria militar, la construcción del muro y el complejo industrial de las cárceles con los más de 6.000 palestinos presos (incluyendo 300 niñas y niños).

Estados Unidos suma la ironía a su decisión, asegurando que son optimistas ante la posibilidad de un acuerdo de paz en la zona. Así lo declaró esta semana el Secretario de Estado, Mike Pompeo. Sin embargo, desde el anuncio del traslado de la embajada hay una ruptura del diálogo con la autoridad palestina.

Medio Oriente, escenario de la Tercera Guerra Mundial

La región está inmersa en un juego de alianzas militares cuya mayor expresión se vive en Siria, teatro de lo que algunos nombran como una “Tercera Guerra Mundial”.

El Presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, ha enfático en denunciar la decisión de Estados Unidos e Israel, inclusive ha llamado a consultas a sus embajadores en ambos países. Esto no lo hace porque apoye la causa del pueblo palestino, sino porque la expansión sionista o de cualquier otra nación (como Irán, Arabia Saudita, Jordania o el propio Israel) va en contra de sus intereses imperiales. Está claro que el actual Gobierno de Turquía es otra de las fuerzas políticas que busca alzarse como el poder unilateral en el Medio Oriente. Y para esto le pasa por encima a la lucha de los pueblos al impulsar su invasión militar genocida contra el pueblo kurdo.

Como lo reporta el portal de noticias Kurdistán en América Latina:

“Su tweet abierto a Netanyahu el mismo día en que volvió a enfatizar su apoyo a Hamas es quizás el más revelador. Erdogan tuiteó: ‘Recordatorio a Netanyahu: Hamas no es una organización terrorista y los palestinos no son terroristas. Es un movimiento de resistencia que defiende la patria palestina contra una potencia ocupante. El mundo se solidariza con el pueblo de Palestina contra sus opresores’. Perplejo por decir lo menos. Los activistas kurdos y sus partidarios reaccionaron rápidamente cambiando el texto para adaptarse a un contexto diferente, reemplazando ‘Hamas´ con ‘PKK´ y ‘Palestinos’ con ‘Kurdos’.”

En las redes de solidaridad con Palestina se ha hecho un llamado a la descolonización, entendiendo la ocupación israelí como un proceso de ocupación colonial que tiene sus orígenes en la Segunda Guerra Mundial. No ven viables unos posibles acuerdos de paz que se basen en aceptar el proceso colonial. Es hora de que se cumpla un real proceso de descolonización, el cual permita la autodeterminación de todos los pueblos.

CI BJ/PC/18/05/18/13:00