26 jun. CI.- El 26 de junio de 2002, miembros de la policía argentina asesinaron a los militantes populares Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, durante una protesta de los piqueteros.

Entre 1998 y 2002, producto de la las protestas populares bajo el lema “¡Que se vayan todos!”, el pueblo argentino realizó un cacerolazo que obligó al presidente Fernando de la Rúa a presentar su renuncia, generando así un estado de inestabilidad social, económica y política en esa nación por cuenta de la aplicación de políticas de corte neoliberal que sumieron a la población en la pobreza.

Este periodo de protestas generó en Argentina un importante proceso social y político organizativo de los sectores populares contra los políticos de turno y sus políticas económicas.

El 26 de junio, varias organizaciones sociales realizaron una protesta en la que exigían mejoras salariales, apoyo en subsidios para los desempleados, entre otras demandas contra el presidente interino, Eduardo Duhalde.

La respuesta del gobernador de Buenos Aires, Felipe Solá, fue lanzar una fuerte represión policial contra los manifestantes. En el sitio conocido en esa época como Estación Avellaneda, la policía disparó contra el joven de 25 años, Maximiliano Kosteki, quien pertenecía al Movimiento de Trabajadores Desocupados -MTD-.

Ante el hecho, Darío Santillán entró a la estación de trenes Avellaneda con el propósito de socorrer a Kosteki, pero en ese instante más agentes policiales se acercaron y dispararon por la espalda Santillán quien se desplomó, mortalmente herido, junto al cuerpo de Kosteki.

Tras asesinarlos, la policía arrastró los cuerpos de los piqueteros fuera de la estación. Ese día, además de los dos asesinados, los uniformados hirieron a 33 personas que participaron de la manifestación. Este hecho se conoce como la masacre de Avellaneda.

Varias fotografías y una grabación de un medio de televisión argentino fueron pruebas fundamentales en el juicio. El excomisario Luis Fanchiotti y el excabo Alejandro Acosta fueron condenados a prisión perpetua por el asesinato de Darío y Maxi. El comisario Félix Vega junto a otros policías, fueron sentenciados a cuatro años de prisión por encubrimiento agravado.

El oficial Gastón Sierra y el cabo Lorenzo Colman, fueron condenados a tres y dos años de cárcel, respectivamente, acusados de encubrimiento. El expolicía Celestino Robledo recibió una pena de diez meses por «usurpación de autoridad», ya que actuó en la represión, aunque ya no era policía. Además, se iniciaron causas a los funcionarios Carlos Soria, Jorge Vanossi y Óscar Rodríguez por falso testimonio.

A pesar de las condenas, el movimiento social argentino sigue exigiendo justicia por la muerte de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki ya que no hubo procesos contra el gobernador que ordenó la represión policial ni contra ningún funcionario estatal.

Familiares y amigos que se reunieron con el presidente Néstor Kirchner en 2003, recibieron la promesa de continuar las investigaciones judiciales, promesa que nunca se cumplió.

Cada 26 de junio, organizaciones sociales de Argentina se congregan para exigir justicia y repudiar la impunidad en el caso, ya que solo fueron condenados los autores materiales pero no los líderes políticos responsables de ordenar la represión, empezando por el presidente interino.

La Estación Avellaneda fue rebautizada y actualmente se llama Estación Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.

https://youtu.be/Xm4rG__XTc0

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