13 jun. CI- “Si después de mi muerte quieren escribir mi biografía, no hay nada más sencillo. Hay solo dos fechas: la de mi nacimiento y la de mi muerte. Entre una y otra todos los días son míos”. Fernando Antonio Nogueira Pessoa nació en Portugal el 13 de junio de 1888, es considerado el mejor poeta en lengua portuguesa y un genio de la literatura universal. En vida fue esencialmente discreto y solitario, dedicado a la escritura, la escritura y la traducción, esta última actividad como pasión literaria y trabajo en la oficina de correos.

Tuvo una infancia marcada por sucesos dolorosos, su padre murió cuando tenía solo 5 años y su hermano Jorge no logró cumplir ni siquiera el primer año de vida, además de los problemas económicos que padeció su madre como viuda y que solo pudo solucionar en unas segundas nupcias con el cónsul de Portugal en Durbán, Sudáfrica, Pessoa era un niño aislado y timorato. Sin embargo, los varios años que pasó en Durbán lo acercaron a la lengua y literatura inglesas, de las que fue un seguidor y estudioso hasta su muerte.

Regresó a Portugal en 1905 para estudiar Letras en la Universidad de Lisboa pero se retiró en el primer año. Comenzó a trabajar, entonces, como traductor en la oficina de correos y a crear su inmensa obra poética y literaria. Fernando Pessoa creó varios heterónimos (Identidad literaria ficticia a la cual se le atribuye una biografía y un estilo particular) que le permitieron diversificar su estilo narrativo, un ejercicio altamente exigente y genial en el que varios discursos se encuentran, critican y dialogan entre sí. Es conocido como el escritor de la heteronimia y esto ha sido objeto de estudio de especialistas y exégetas durante años. Nombres como Alberto Caeiro, Ricardo Reis, Álvaro de Capos y Bernardo Soares son solo algunos de los casi 65 heterónimos que creó el autor, todos con una biografía y estilo propio.

No soy nada.
Nunca seré nada. 
No puedo querer ser nada. 
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo. (Tabaquería, Álvaro de Campos).

Inició su actividad de ensayista y crítico literario con la publicación de la revista Águia en 1912. Asimismo, empezó a traducir y escribir para las revistas de vanguardia Orpheu (1915), Atena (dirigida por él mismo), Ruy Vaz (a partir de 1924) y Presença (en 1927). Fernando Pessoa murió el 30 de noviembre de 1935 en Lisboa, a causa de problemas hepáticos severos desencadenados por su alcoholismo.

Si yo pudiera morder la tierra toda
Y sentirle el sabor
Sería más feliz por un momento.

Pero no siempre quiero ser feliz
Es necesario ser de vez en cuando infeliz
Para poder ser natural.

No todo es días de sol y la lluvia,
Cuando hace falta, se pide.

Por eso tomo la infelicidad con la felicidad
Naturalmente, como quien no se extraña
De que existan montañas y planicies
De que haya rocas y hierbas.

Lo que es necesario es ser natural y calmado
En la felicidad o en la infelicidad.

Sentir como quien mira
Pensar como quien anda,
Y, cuando se ha de morir,
Recordar que el día muere
Y que el poniente es bello
Y es bella la noche que queda.

Así es y así sea.

(Si yo pudiera morder la tierra toda, Alberto Caeiro)

CI DM/DM/13/06/2016